No te creas todo lo que ves en Internet (con especial mención a las redes sociales)
La historia que os voy a contar a continuación probablemente ya la hayáis leído en Facebook o Linkedin, o en otra página web, o en alguna charla que hable del liderazgo… Sea como sea, da igual: La voy a volver a copiar aquí porque es el texto perfecto para leer y reflexionar.
La historia empieza así…
Una manada de lobos durante una travesía
En la foto se ve un grupo de lobos caminando durante una travesía: Los tres primeros son los viejos y enfermos, caminan delante para fijar el ritmo del grupo para que no se les deje atrás.
Los siguientes cinco son los más fuertes, tienen la tarea de proteger al grupo si hay un ataque. Por ello, los que están detrás, en la zona media, siempre están protegidos de cualquier ataque.
Detrás de ellos, los siguientes cinco también están entre los más fuertes; tienen la tarea de proteger la parte trasera si hay un ataque.
El último es el líder. Asegura que nadie se quede atrás. Mantiene a la manada unida y en el mismo camino. Siempre está dispuesto a correr en cualquier dirección para proteger y sirve como «guardaespaldas» a todo el grupo.
Sólo en caso de que alguien quisiera saber lo que realmente significa ser un líder. No se trata de estar en el frente. Significa cuidar del equipo.
Una bonita historia con una bonita moraleja, ¿verdad?
Pues lamentablemente no, porque es todo mentira.
La verdadera historia detrás de la moraleja
Como explican aquí (en inglés) o aquí (en español), la realidad no tiene nada que ver con esa historia.
En realidad, la foto está sacada de un documental. En verdad, el lobo más fuerte es el que va primero –y no el último-, y va abriendo camino a los demás que van detrás. Adicionalmente, todo parece indicar que las manadas de lobos no suelen tener roles (ni lideres, ni protectores, ni seguidores), ni mucho menos se agrupan de la forma en la que pone en la historia. En conclusión, todo es una invención de alguien que quería escribir algo inspirador.
A pesar de ello, este tipo de mensajes son particularmente populares en las redes sociales. Algunas como Facebook o Linkedin están llenas de este tipo de historias y de frases motivacionales que tienen un éxito rotundo, con miles de «likes» y publicaciones. Pero… ¿por qué?
Las razones son muy sencillas:
A la gente le gusta leer historias bonitas con final feliz. Nos gusta leer cosas que, de alguna forma, sean acordes con nuestras ideas y justifiquen nuestra forma de ver la vida (aunque todo sea mentira y la realidad que haya detrás no tenga nada que ver).
Adicionalmente, a la gente le gusta escuchar que «todo va a ir bien», que «todo trabajo tiene su recompensa», etc… aunque muchas veces no sea verdad. De hecho, tenemos a un montón de divulgadores, influencers, coaches, y charlatanes en general que han hecho de estas historias su modo de vida.
En definitiva…
Esta historia nos debería servir para reflexionar un poco. ¿Debemos hacer caso a cualquier cosa que leamos? ¿Cuántas veces nos hemos creído todo lo que leemos en cualquier sitio?
Desgraciadamente parece que el ser humano tiene tendencia a creerse todo lo que le dicen, y muy especialmente si lo dice alguien que tenga autoridad en el tema. El problema es que hoy en día todo el mundo parece que es experto en algo, y por lo tanto todo el mundo opina como si su palabra fuera la ley.
En fin, si has leído hasta aquí, que sepas que no esperamos que este artículo te vaya a cambiar la vida, ni que te vaya a hacer más feliz, ni nada… pero al menos, por favor, la próxima vez reflexiona un poco antes de darle a «like» a la primera cosa que veas publicada en una red social.