Los Costes Totales de la Calidad (COC): Costes de Calidad Directos y Costes de No Calidad

COC son las siglas que hacen referencia a los Costes de Calidad (o Costes Totales de Calidad), es decir, el coste que le supone a la empresa invertir en calidad (fabricar productos de mejor calidad, embalar mejor los productos, costes derivados de la garantía cuando el producto se rompe, reclamaciones…). Por ello con este método lo que se propone en medir y evaluar dónde se están produciendo los costes relativos  a la calidad.

Los costes de calidad (COC)

Mediante una fórmula podemos obtener cuales son los costes totales de calidad:

COC = CDC + CNC

siendo,

  • – CDC, costes de calidad directos (o costes de aseguramiento de la calidad).
  • – CNC, costes de no calidad (o costes influenciados por no tener una calidad suficiente).

Dentro de los CDC encontramos los CDP que son los costos asociados a la prevención y los CDE que son los costos relacionados con la evaluación y control de calidad.

Por otro lado, los CNC se pueden dividir en, CFI haciendo referencia a costos de fallos internos (productos que hay que desechar o reprocesar) y los CFE o coste de fallos externos (devoluciones, garantías…).

Los CDP son aquellos costes que lo que buscan es prevenir cualquier tipo de riesgo que conlleve un reprocesado, por ello este tipo de costos de realizan antes de empezar cualquier proceso.

CDE son costos que se realizan una vez iniciado el proceso, lo que buscan es corregir fallos, y solucionar de forma rápida, a diferencia de los preventivos estos no evitan el problema sino que actúan sobre él.

Cuando hablamos de CFI nos referimos a costos de fallo interno es decir, son el resultado de fallos que se dan durante el proceso y se quedan dentro de la organización, no llegan a ser vistos por el cliente, podríamos hablar que son de puertas hacia adentro.

Y por último, los CFE, son costes de fallos externos suceden después del proceso y son vistos por el cliente, este tipo de fallo es muy peligroso pues perjudica a los intangibles de la empresa, esto puede tener consecuencias drásticas pues afecta a la imagen de marca, la insatisfacción del cliente, aquellos intangibles que repercuten de forma incalculable sobre el beneficio de la empresa, y son sobre los que hay que tener mayor control dentro lo posible.

Una vez analizado esto, es fundamental saber qué costes tenemos y en qué punto nos encontramos, es decir, donde realizamos una mayor inversión, pues es importante buscar el equilibrio: No por invertir más en calidad vas a tener que invertir menos en el producto (y viceversa).

Tal y como se muestra en la gráfica, hay que buscar el punto donde se minimicen los costes totales, o sea, donde el COC es menor (nivel óptimo). En este punto se cumplirá que aunque sigamos teniendo costes de calidad y de no calidad, la suma de ambos será la menor posible, lo cual es la situación más ventajosa para nuestra empresa.

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