El método RAM o de mantenibilidad hace referencia al esfuerzo y tiempo requerido en reparar un proceso cuando se ha efectuado un fallo. Se pueden detectar sistemas altamente mantenibles que son aquellos que se requiere poco esfuerzo y los de baja mantenibilidad que se necesita un alto esfuerzo. Aunque un mismo sistema puede tener los tipos de mantenibilidades por lo que habrá que hacer una ponderación sobre que el primordial de tratar antes para conseguir un rendimiento óptimo de la empresa.
Para esto se necesita realizar una toma de datos que sea los más fidedigna posible, y hacernos unas preguntas lógicas que lleguen a la base del problema como pudieran ser cuanto, cuando, como, quien…de este modo nos facilitaremos todo el trabajo que conlleva reparar el sistema, pues hemos conseguido focalizar el problema.
Se pueden distinguir dos tipos de funciones: de mantenibilidad y de no mantenibilidad, la primera hace referencia a la probabilidad de cumplir los tiempos de reparación, es decir, que el esfuerzo y el tiempo sean bajos para reparar el fallo de manera eficiente y en la segunda hablamos de que esta eficiencia no exista y por tanto el tiempo y esfuerzo de actuación van a ser mayores.
Para la implantación de esta herramienta sería necesario la creación de un flujograma donde se especificasen los pasos a seguir, como puedan ser una buena definición de los criterios que se van a tener en cuenta a la hora de realizar la mantenibilidad, establecer un método de medición, y desarrollar un proceso sencillo que facilite la obtención de datos, este tipo de herramientas podrían ser aplicadas mediante una plantilla en el mismo puesto de trabajo, así el empleado podrá tomar registro de las incidencias en tiempo real y no que sea comunicado al revisor y que directamente el empleado sea capaz de reparar el problema una vez tomado anotación del mismo.
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